"No podía hacer nada, pero siempre había algo que hacer a continuación" escribe Ursula K. Le Guin en Tehanu. Y es verdad. Volvemos a levantarnos y, de a poco, nos acostumbramos nuevamente a los días. Preparamos el desayuno, ordenamos la casa, caminamos por el parque, hablamos con algún amigo, terminamos un trabajo atrasado, regamos las plantas. Levantamos, débiles aún, algunos espacios de resguardo. Algunos rincones de disfrute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario