Vuelvo a tener algo de tiempo y empiezo a mirar mi caja de artesanías buscando posibilidades.
Además, después de muchos días, volví a retomar la literatura.
Y esta noche hay cena en casa con amigos.
Quedan aún áreas (muchas áreas) abandonadas, desordenadas y sin cuidar. Amigos que no saben nada de mí desde hace meses. Parientes (abuelas incluidas) que no visito. Proyectos nuevos en los que no pienso. Proyectos viejos, mil veces interrumpidos, que no retomo. Ropa que no arreglo, ni tiño, ni plancho. Plantas que necesitan un cambio de maceta y siguen acomodando sus raíces en el poco espacio que les fue asignado originariamente. Un cuento que nunca escribo. Rincones de la casa que no limpio. Mi pobre cuerpo que no sale a caminar cuanto debiera, pese a las indicaciones médicas y a las promesas intermitentes que me hago a mi misma al respecto.
Pero al menos hoy he ganado algún espacio sin obligaciones inmediatas. Algún espacio para tocar las cosas con calma, detenerme en ellas y dejarlas descansar.
Además, después de muchos días, volví a retomar la literatura.
Y esta noche hay cena en casa con amigos.
Quedan aún áreas (muchas áreas) abandonadas, desordenadas y sin cuidar. Amigos que no saben nada de mí desde hace meses. Parientes (abuelas incluidas) que no visito. Proyectos nuevos en los que no pienso. Proyectos viejos, mil veces interrumpidos, que no retomo. Ropa que no arreglo, ni tiño, ni plancho. Plantas que necesitan un cambio de maceta y siguen acomodando sus raíces en el poco espacio que les fue asignado originariamente. Un cuento que nunca escribo. Rincones de la casa que no limpio. Mi pobre cuerpo que no sale a caminar cuanto debiera, pese a las indicaciones médicas y a las promesas intermitentes que me hago a mi misma al respecto.
Pero al menos hoy he ganado algún espacio sin obligaciones inmediatas. Algún espacio para tocar las cosas con calma, detenerme en ellas y dejarlas descansar.
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