Hay situaciones que deben enfrentarse solos. Son difíciles e inciertas. No tenemos todas las herramientas necesarias. Los resultados no son siempre justos. Los resultados no son siempre racionales: dependen del azar, del capricho de alguno o de los intereses de otro. Los demás pueden acompañarnos un poco, pero no pueden actuar por nosotros.
Otras veces nos toca ver a gente que queremos en esas situaciones. Con los brazos inútiles y los ojos fijos. Mirando desde fuera y sin poder actuar.
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