Hoy: reunión con ex-novio para tomar un café.
La sensación: extraña, algo triste.
La charla es interesante y se pasa rápido de un tema a otro.
El ex sigue siendo una buena persona, alguien que crece y se muestra atento al mundo.
Pero ya no entiende bien lo que le estoy diciendo, ni comparte muchas de las ideas que para mí son importantes. De hecho, le cuento poco. Simplemente no puedo explicarle. Sospecho que él me ve como una mujer burguesa, de rostro tenso, y plena de pequeñas preocupaciones académicas. Sospecho que él también se pregunta por qué era yo tan importante.
Evidentemente, los vínculos con la gente son frágiles. Muy frágiles.
Y después de unos años de distancia, puede que no quede mucho de la persona con la que hablabas de todo y de todos a diario.
La sensación: extraña, algo triste.
La charla es interesante y se pasa rápido de un tema a otro.
El ex sigue siendo una buena persona, alguien que crece y se muestra atento al mundo.
Pero ya no entiende bien lo que le estoy diciendo, ni comparte muchas de las ideas que para mí son importantes. De hecho, le cuento poco. Simplemente no puedo explicarle. Sospecho que él me ve como una mujer burguesa, de rostro tenso, y plena de pequeñas preocupaciones académicas. Sospecho que él también se pregunta por qué era yo tan importante.
Evidentemente, los vínculos con la gente son frágiles. Muy frágiles.
Y después de unos años de distancia, puede que no quede mucho de la persona con la que hablabas de todo y de todos a diario.
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