martes, 26 de mayo de 2009

Dualismo

Alguien, que no soy yo, me pide que descanse.
Que duerma muchas horas.
Que camine muchas horas.
Que sienta el viento
(hoy hay viento).
Que me tire en el sillon blanco a leer.
Que no escriba más,
que no corrija trabajos,
que no prepare ese informe,
que no conteste más mails.

Somos dos.
El cuerpo que pide y yo que, por ahora, me impongo.
Pero empieza a requerirse algún tipo de consenso...

viernes, 8 de mayo de 2009

Verano y otoño.

En el verano, cuando todo está en calma y los días alcanzan para pensar cosas nuevas,
suelo sentirme inquieta y comienzo a diseñar planes arriesgados.
Como el de ir a una universidad desconocida a presentar alguna de mis ideas- que nunca están listas pero que, me parece en el verano, ya habrá suficiente tiempo para pulir y corregir- ante un grupo de desconocidos.
En el verano me siento ilimitada, temeraria, lista para probar otros mundos.
En el otoño se aproxima el momento de pagar mis deudas. Y me vuelvo nerviosa y temerosa.
Y me pregunto por qué no habré elegido una vida más tranquila, en la que haya tiempo para plantar hierbas aromáticas en macetas, ver muchas películas, mantener la casa linda y limpia, charlar con los amigos y tomar enormes cantidades de té.