martes, 15 de marzo de 2011

El núcleo

Lo que no hay que olvidar es que hay algunas mujeres que viajan por la tarde para escucharnos repasar esa presentación terrible que nos atemoriza.
Que frenan las olas de visitas en los primeros días después del parto, para que podamos disfrutar unos minutos a solas con nuestra hija.
Que se hacen cargo de nuestro trabajo cuando nos enfermamos, aunque ellas también están llenas de trabajo e hijos.
Que leen cada palabra que uno escribe, las corrigen, le dan forma.
Que nos ayudan a preparar un viaje.
Que pasan horas enseñándonos a desembrollar algún indispensable, pero misterioso, recurso informático.

Y uno también hace los mismo por ellas. Y sabemos que así, pese al vértigo y al cansancio, de algún modo, el mundo se sostiene.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Wishing

¿Cómo guardarlo todo? ¿Cómo resguardar sin desgaste, sin pérdida, ésto que vemos?
La risa de la bebé por las mañanas. Los movimientos suaves, delicados, de sus dos mínimas manos.
Los desayunos los tres juntos, las siestas a su lado. El modo en que se sienta. El modo en que respira. El modo en que juega. El modo en que nos mira. El modo en que otra gente se alegra al verla.
Sus ojos. ¿Cómo guardar el modo limpio y nuevo en que esta bebé recibe al mundo, el modo limpio y nuevo en que nos devuelve el mundo en la mirada?