A veces el mundo externo se muestra hostil y volvemos a casa como a un refugio.
Al café, a la charlas con la gente más proxima, a la literatura.
A los cuadernos, a los materiales para trabajar, a las películas.
Pero se corre el riesgo del encierro.
La solución, se me ocurre, está en salir un poco, explorar un poco y después volver un poco.
Pero volver con "notas de viaje", con registros de los mejores lugares,
de los más amigables, los más interesantes, los más justos, los que vale la pena visitar.
Para elegir mejor los viajes futuros.
Porque hay que tener algo de cautela y cuidado.
Y porque no da lo mismo visitar ciertos espacios (o gente) que otros.
No tenemos tiempo infinito y es bueno saber elegir y reforzar las cosas buenas.
2 comentarios:
Yo tengo un lugar secreto justo para esos momentos...tomo el coche y salgo de la ciudad, no es muy lejos, no hay nadie y está lo suficientemente lejos para sentir que he dejado todo atrás, puedo pasar ahí una hora o dos caminando y después regreso, como si hubiera viajado muy, muy lejos...
Creo que necesito un lugar de esos!! Y probablemente también necesite darme el tiempo para visitarlo.
Tiene un mar tu lugar secreto? Un río? Sospecho que el mío tendría que tener agua.
Ahora, hay algo que comparto enteramente: basta con salir un rato de la ciudad, para sentirse de viaje y verlo todo diferente...
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