¿Qué noticias registran, qué estímulos buscan?
¿Qué eventos recuerdan, sobre qué versan sus historias?
¿Sobre qué partes de nuestras vidas nos preguntan al volver a vernos?
¿Sobre qué temas insisten, a cuáles regresan, en cuáles se detienen?
¿Con qué tipo de información llenan sus días?
3 comentarios:
Lo malo sería que al final llegáramos a la misma conclusión de Goethe: "si me conociera a mí mismo, saldría huyendo..."
En mi caso es un problema... vivo a preguntas... Y la gente se asusta. Tal vez deba cambiar de estrategia...
beso
Ju
Hola Mannelig! Sí, supongo que el conocimiento de uno mismo (y el de los otros) es una empresa arriesgada!
Esta latiendo: A mi también me pasa eso de preguntar demasiado y asustar a algunos. Por eso he optado por el blog...
Gracias por la visita!
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