miércoles, 29 de septiembre de 2010

La vida onírica

Pero es que los sueños a veces, intempestivamente, vienen y nos cambian de tema.
Nos hablan de otra cosa.
Nos indican lo que podríamos ser si varias vidas fueran posibles a un tiempo.
Nos señalan a quienes extrañamos, aunque nos cueste confesarlo, siquiera a nosotros mismos, siquiera de modo mudo.
Nos indican a dónde han quedado posibilidades irresueltas. Nudos interesantes. Saltos que podrían darse. Viajes que podrían emprenderse.

Claro que a veces no es posible. Claro que vivir esas vidas supondría dejar la nuestra, la propia, la actual. Y no queremos dejarla.
Pero hay al menos un costado del sueño que no debiéramos de lado por miedo, o pereza: el autoconocimiento.
Saber cuántas otras somos en el espacio onírico. Cuantas otras seríamos. Aunque no hay tiempo, ni modo diurno, de darles curso a todas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nice, I can't read it but looks interesting.

uma dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.