sábado, 19 de septiembre de 2009

The other side

¿Pero es que no sería interesante a veces ser otra?
Solo por unos días, pienso.
Un fin de semana, una tarde.

Tener el pelo rojo, o del color de la miel,
y un cuerpo más acostumbrado a los esfuerzos.
Usar polleras largas, y pasear por la feria.
Encontrarme con D. todas las tardes, en un mismo café.
Cocinar pan.
Vivir frente al mar en una casa
con ventanas grandes.
Tener un taller que mira al sol
y grabar pequeñas lunas en anillos de plata.
Ser alguien que sabe entenderse con el viento
y con el agua.
Alguien que lee los signos de las cosas.

Tener unos días, no solo para visitar otros lugares,
sino para saltar a otra vida
y probarla de golpe.

No sería ese un viaje interesante?

4 comentarios:

Dulce dijo...

maravilloso.
cómo me gustaría ese viaje a otra yo, una bien distinta, tal vez más osada, más libre, más amplia... y poder retornar para contármelo al oído, cuando la noche se haga densa y extraña.

gracias uma, precioso.

uma dijo...

Hola Dulce! Acuerdo con vos: mi otra yo también sería más libre, más osada y amplia...
Por otro lado, ahora que lo pienso, aunque estos viajes a otras formas de ser sean sólo imaginarios- y no muy fáciles de concretar- nos ayudan a conocer los propios deseos, lo que estamos dejando de lado.
Gracias por la visita!

mar adentro dijo...

¿Y si comenzamos a hacer los preparativos hacia ese lugar donde están las otras yo que guardamos y les permitimos a ellas visitar, sentirse cómodas con nosotras, quedarse un tiempo, o tal vez, para siempre?

uma dijo...

Eso es lo que habría que hacer, claro! Habría que probar y extenderse hasta abarcar un poco de "otras yo".
Pero debo reconocer que hay épocas en las que no es fácil. Hay que preparar un poco el entorno, y dejarse tiempo y espacio...