Todas, todas, pero todas, las horas del día se van en:
responder mails,
corregir trabajos,
preparar papeles,
leer trabajos ajenos,
preparar preguntas de exámen,
preparar trabajos propios,
traducir trabajos ajenos,
traducir trabajos propios...
Entretanto otra lista crece en vigor y número,
pese a lo cual permanece escandalosamente desatendida.
Esta última incluye:
Arreglar detalles de mi casa para que vuelva a ser alegre y luminosa,
coser y lavar ropa,
terminar los cuentos de Mansfield y El Barón Rampante,
revelar las fotos del último año,
llamar a algunos amigos,
responder mails a amigos,
cenar con amigos,
volver a las clases de yoga,
volver al campo,
volver a cocinar con gusto,
a comer con gusto,
a dormir con gusto...
En este contexto se entiende, creo,
que a veces me encuentre fantaseando que soy vieja y estoy jubilada...
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