miércoles, 18 de marzo de 2009

Por suerte está Katherine

Los días se han puesto difíciles y casi no han quedado espacios.
Todo es responder a quejas y problemas, sortear obstáculos,
prevenir males futuros, evaluar soluciones, reparar daños.
En particular no quedan casi espacios mentales.
No tengo nada que decir, no pienso casi nada que sea mío.
Por suerte, otra gente piensa y escribe, y aún puedo disfrutar leyéndolos.
K. Mansfield, por ejemplo. Por suerte aún están sus cuentos.

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